La vuelta a clases programada para los próximos días, trae consigo el regreso a la rutina, lo que incluye cambiar algunos hábitos adoptados durante las vacaciones de verano, como ordenar los horarios de sueño, tarea desafiante para los padres, madres y cuidadores.
A través de una serie de recomendaciones, se promueve un retorno que no afecte la salud de las y los niños y adolescentes, siendo fundamental tener una buena higiene del sueño y mantener un ambiente adecuado al momento de dormir.
“Con la llegada de marzo, el volver la rutina es una de las tareas más difíciles, adaptándose nuevamente a los horarios de clases. En esa línea, se hace fundamental seguir las recomendaciones de las y los profesionales de la salud e ir retomando dichos hábitos los días previos al inicio de un nuevo año escolar”, precisó la directora del Servicio de Salud Ñuble (SSÑ), Elizabeth Abarca Triviño.
Medidas para ordenar el sueño
La Dra. Paula Ortega Peña, neuróloga especialista en trastornos del sueño del Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán, indicó que, “se recomienda tratar de mantener un horario similar de sueño durante todo el año, sin embargo, esto no siempre se cumple, en especial en verano, por eso es preciso, iniciar la readaptación de la rutina ojalá dos semanas antes del regreso a clases o en su defecto lo antes posible, para ir regulando progresivamente el ciclo habitual. Lo ideal es disminuir día a día el horario de inicio de sueño, por ejemplo, si en vacaciones los niños se acuestan a las 23 horas, adaptar el horario hasta llegar a las 21 o 20 horas”.
La especialista agregó además que, “algunas recomendaciones para conseguirlo, son: contar con un ambiente tranquilo, con poca luz y adecuada temperatura en la habitación, una ideal sería de 18 a 20 grados; evitar la exposición a pantallas 1 o 2 horas antes de dormir, porque está comprobado que la luz azul que éstas emiten dificulta conciliar el sueño; evitar la actividad física intensa antes de ir a la cama y optar por alternativas más relajantes como leer un cuento; incentivar la actividad física durante las mañanas, para mejorar su metabolismo y los ritmos del sueño; ajustar los horarios de las comidas, para que después de un día cargado de actividades, se alimenten temprano y reposen antes de ir a la cama, para mejorar la calidad del sueño. Además, evitar alimentos pesados, bebidas, azúcares y cafeína es recomendable para lograr un sueño más reparador”.
Mochila adecuada
Dentro de los esenciales de las y los estudiantes se encuentran las mochilas. Al momento de elegirla, es importante tener en cuenta el tamaño, los accesorios y el peso, con el objetivo de que su uso a diario no traiga consigo futuros problemas de salud.
Por ello, Andrea Muñoz Parra, kinesióloga y jefa de la Unidad de Rehabilitación Física y Respiratoria del SSÑ, aconseja que “el tamaño de la mochila de un niño o niña no exceda los 5 cm bajo la línea de la cintura. Las correas sean acolchadas y anchas para distribuir uniformemente el peso, utilizándolas ajustadas simétricamente para no concentrar el peso en un solo hombro, generando dolor de espalda y espasmos musculares”.
Asimismo, la profesional indicó que, “los útiles se deben distribuir dejando los más pesados cerca de la espalda y los más livianos hacia los hombros, y el peso no debe superar el 15% del peso corporal de la o el estudiante. Para aquellos que prefieren las mochilas con rueditas, lo recomendado es optar por modelos que se empujen en lugar de jalar, minimizando el riesgo de lesiones en las articulaciones del hombro, muñeca y codo”.
El llamado es a seguir estas recomendaciones para cuidar la salud de las y los niños en este retorno a clases que se avecina.
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