Con una producción que bordea las cinco toneladas de uva por hectárea, San Nicolás cuenta con una importante superficie de viñedos de cepa País, donde hace varios años están experimentado innovaciones impulsadas por el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados (CIPA).
El desarrollo más reciente se enmarcó en el proyecto “Implementación de planta piloto para la obtención del jugo de frutas”, que asocia a más de 490 campesinos del sector, cuyo financiamiento proviene del Gobierno Regional de Ñuble a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) y que busca renovar la cadena productiva viñatera a través de nuevas tecnologías.
Óscar Crisóstomo, gobernador regional de Ñuble, señaló que la iniciativa permite ampliar la economía local y para ello resulta clave “la alianza que tenemos con CIPA, que se enmarca en la innovación, la competitividad y también la tecnología que incorporamos a nuestra región, sobre todo, a sectores más apartados a los que cuesta llegar. Creo que esto refuerza la necesidad que hemos planteado de poder generar más y mejores condiciones a nuestros habitantes”.
Innovación
La innovación desarrollada por CIPA permitirá implementar un módulo para producir a escala piloto 60 litros de jugo de uvas de cepa País por hora, cuya característica principal es el alto nivel de polifenoles, sustancia química con propiedades antioxidantes capaces de prevenir problemas de salud, como las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la población adulto mayor.
Al respecto, Saddys Rodríguez, directora del proyecto e investigadora del CIPA, señaló que “la innovación cumple un rol prioritario para la sustentabilidad del territorio al fortalecer el desarrollo social y económico de la comuna, dado que se incrementa la posibilidad de absorber conocimientos y diversificar un nuevo modelo de negocio en la zona más allá de la producción vinífera para pequeños viñedos”.
Y es que ahora, al incluir tecnología de punta, el vino dejó de ser el único protagonista entre los viñateros de San Nicolás, quienes están incorporando un nuevo producto que puede incluso propiciar el desarrollo de un nuevo modelo de negocio en la zona más allá de la producción vinífera.
Enrique Rivas, administrador municipal de San Nicolás, indicó que “la innovación es un camino muy importante a seguir para la comuna y sus campesinos, dada la baja que ha tenido en el último tiempo la cepa País. Por ello la elaboración de jugo es una alternativa que debemos fortalecer, para lo cual estamos dispuestos a seguir colaborando”.
Se trata de un desarrollo que representa mejores técnicas y prácticas, indicó Osvaldo Alcayaga, jefe de la División de Fomento e Industria del Gore Ñuble, quien valoró la investigación y trabajo de CIPA que permitió reunir al sector público, académico y campesino. “Hemos vivido una crisis por el valor de la uva, por ello nos planteamos el desafío de cómo dar valor a la producción local y en ese sentido, CIPA nos presentó una idea muy atractiva que esperamos en el corto plazo permita a los agricultores agregar valor a sus productos”.
Esta alternativa de producción y consumo comenzó a gestarse desde 2018 a través de otro proyecto CIPA denominado “Implementación de soluciones tecnológicas para la valorización de la vinicultura en el Valle del Itata”, que incorporó la gestión y uso de residuos de biomasa vegetal como las hojas de la vid y el sarmiento. Resultados que también fueron transferidos a miembros del Comité Campesino y a docentes del Liceo de San Nicolás.
Para Alfonso Jara, presidente del Comité Coordinador Comunal Campesino de San Nicolás, la iniciativa representa un aporte al desarrollo microempresarial y agroalimentario de sus asociados. “Alcanzar elaboraciones distintas al vino gracias a la incorporación de nuevas tecnologías a nuestra agricultura familiar, nos permitirá potenciar y agregar valor a uno de los productos característicos de la zona como lo es la uva, misma que a su vez podría alcanzar precios más justos”, señaló.
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