Ya no le sorprenden ese tipo de cosas. Pese a que fue por un par de bolsas para reacomodar el desastre, al mirar hacia el costado de su casa esquina, ubicada en la población Bartolucci del sector Ultraestación de Chillán, vio que había una estela de ropa vieja arrastrándose ya por una cantidad de metros más difícil de calcular.
Tampoco le sorprendió, porque esa ola de basura conducía ni más ni menos que a los terrenos de Ferrocarriles, en las cercanías de la exmaestranza, donde por casi una hectárea se despliega un tsunami de porquerías.
“Ya me cansé de hablar con autoridades. No es un problema de ahora, porque al menos vienen a limpiar cuando la basura llega hasta acá, pero mientras la gente de Ferrocarriles no cierre, esto va estar ahí para siempre”, dice.
Dentro de su casa, en contraste, todo estaba esmeradamente limpio. “Pero las ventanas de atrás de la casa tienen que estar siempre cerradas, aunque haga calor, porque si las abro nos llenamos de moscas y el viento acá es fuerte, entonces entra mucho polvo. Y claro, tengo que tener trampas para ratones siempre”, dice.
Basta con recorrer ese predio para convencerse que la señora Loreto no exagera. Junto con las ruinas de la exmaestranza de fondo, las paredes grafiteadas y los vagones oxidados que aún quedan en el predio de EFE, esos montículos de basura, escombros y ramas son lo más parecido que tenemos en Chillán a un lugar “postguerra”.
Los edificios que se levantan en torres, al costado poniente del predio, parecen un sarcasmo vivo. Una crítica hecha postal que apunta al crecimiento mal planificado que ha tenido la ciudad. Una imagen tan hiriente de mirar como a los sobrinos y hermanos pequeños de Juan Ramón Aguilera, quien sentado en una banca bajo la sombra de un árbol, en la población Irene Frei, los ve jugar a la pelota –literalmente- en medio de un basural.
Un juego de living que pareciera tener lepra, un par de caballos comiendo lo que pillan entre ramas, desechos plásticos y orgánicos, son parte del patio de juego de los niños.
Indolente, un hombre descarga sin reparos, más basura y desperdicios desde la cabina de su camioneta blanca, a plena luz del día y sin que nadie le diga absolutamente nada.
“Uhh, no se puede hacer nada…ya nos aburrimos de llamarles la atención, les sacamos fotos para denunciarlos pero no sirve, todos los días, a cada rato vienen a botar basura acá”, dice Juan Ramón.
Pero si la respuesta está en la Municipalidad de Chillán, desde del Departamento de Aseo, Ornato y Medioambiente llevan un registro detallado que demuestr que solo entre enero y febrero de este año ya han levantado sobre 14 mil kilos de desperdicios desde estos microbasurales ubicados en espacios públicos.
Es la empresa Dimensión, a cargo por contrato del continuo levante de microbasurales, la que también ha colaborad en limpiar aquellos predios que no siempre se pueden intervenir por encontrarse en sitios particulares o que su tonelaje es de gran envergadura.
La estadística de ingreso de residuos al relleno sanitario o disposición final es de 7.044.260 kilos en enero y 6.984.270 kilos en diciembre 2022, recibidos por Ecobio S.A, quienes se encuentran elaborando la nómina de los residuos ingresados durante el mes de febrero.
“Pero acá hay un tema de cultura que no es fácil de solucionar, no es un problema que podamos solucionar de la noche a la mañana”, dice el concejal Rodrigo Ramírez, quien expuso a modo de ejemplo una fotografía del interior de la exmaestranza alfombrada de pared a pared por basura.
“A esto no lo podemos seguir llamado microbasurales y el punto es que la Municipalidad limpia todo y en tres días más está todo lleno de basura otra vez”, añade.
De eso da cuenta, Juan Ramón. “Los de ahora al menos vienen a limpiar porque antes ni eso, pero al otro día, lleno otra vez”.
12 puntos críticos
Este año, el municipio estableció un recorrido definido de limpieza, el que incluye 12 puntos en los que se han detectado los microbasurales más complejos y persistentes.
Estos espacios, donde se efectúa actualmente mantenciones, riego y reposición, son las población Luis Cruz Martínez, en la calle Ignacio Carrera Pinto con Linares; Luis Cruz Martínez, calle Lord Cochrane con Simón Bolívar; Luis Cruz Martínez, calle Bio Bio entre Antártica Chilena con Simón Bolívar.
También figuran la escuela Amalia Saavedra; el sector de los Los Picunches con pasaje 10 (donde juegan los niños a la pelota en medio de un basural); la villa Nevados de Shangrilá, calle Cerro León.
Y los otros seis están en las calles Las Rosas con calle Los Picunches (frente al restaurant El Chapu), Villa Magisterio; 8 Oriente con calle 2 Norte, detrás de Escuela Gabriela Mistral; calle Central con Ocho Oriente, detrás de Iglesia Sagrada Familia; Cancha Rayada con calle Cienfuegos; la avenida Padre Hurtado con calle Quilamapu; calle Las Canoas con Los Nogales (Junta de Vecinos Los Nogales); y la calle Manuel Plaza, detrás de Estadio Municipal Nelson Oyarzun Arenas.
Ningún lugar cuenta con cámaras y si las hay “hasta ahora no hay una programación que busque multar a las personas que sean sorprendidas botando basura, por difícil que sea creerlo, no se ha estado multando sistematicamente a quienes sean sorprendidos yendo a botar basura”, advierte Ramírez.
“Debemos imitar lo que se hace en Viña del Mar o en Providencia, que son lugares donde vive más gente que en Chillán pero han logrado mantener limpio y en esas ciudades cursan multas por botar basura”, explica.
Plan de recuperación
Hoy que en la Municipalidad se está confeccionando una nueva ordenanza para poder actuar en contra de quienes arrojen basura en la vía pública y a la vez se está a la espera de lo que diga el nuevo instructivo que al respecto realiza la Subdere. El alcalde de Chillán, Camilo Benavente, dice que “esto nos permitirá ponerles multas a la gente que tiene predios sin cuidar, pero hay que entender que el problema no es la ley ni las ordenanzas, es la gente que bota basura en estos lugares, sino tenemos apoyo de la gente, es todo más difícil. No podemos normalizar estas cosas”.
El jefe comunal, de todas formas, dice ver las cosas con optimismo.
“Creo que las generaciones nuevas tienen mayor consciencia medioambiental, ellos valoran más el entorno e incluso tienen un mayor aprecio por lo patrimonial de Chillán. La idea es que fomentar eso no solo con nuestro ejemplo o nuestras actitudes, también desde lo escolar y con programas sociales, porque es un tema macro, es un tema importante y debemos trabajar en eso”, agrega.
Ya en concreto, el epartamento de Aseo y Ornato trabaja en el llamado Programa de Transformación de Potenciales Microbasurales, destinado a esos 12 puntos críticos desde el año 2022, los que ya han comprometido la participación activa del barrio, escuelas, iglesias y juntas de vecinos, entre otros actores relevantes.
Este 2023, desde el mes de marzo continúan las Transformaciones de Potenciales Microbasurales en Villa Santa Marta, calle Manuel Plaza, detrás del Estadio Municipal Nelson Oyarzun Arenas (junto a la Junta de Vecinos Gabriela Mistral) y calle San Ignacio (al interior del Estadio ANFA).
Posteriormente, se iniciarán trabajos e intervenciones con 12 nuevos espacios que contemplan Población Purén, Avenida España con pasaje 12 y en calle Central entre pasaje 10 y 11 oriente, Avenida Vicente Méndez, Circunvalación Norte y Avenida Martin Ruiz de Gamboa con Pasaje 2 Sur, Pasaje 3 Sur y Pasaje 4 Sur, entre otros espacios a determinar.
Adicionalmente, el Departamento de Aseo cuenta con el programa “Chillán Más Limpio”, el cual efectúa labores de barrido de calles, donde intervienen tres camiones en terreno en jornadas de mañana y tarde con un total de cinco cuadrillas desplegadas por sector (48 jornales y dos acopiadores por camión), trabajo que incluye la constante limpieza de 22 canchas y atención de 437 solicitudes vecinales.
El programa “Chillán Más Limpio” contempla un total de 337 calles, avenidas y pasajes, 75 escuelas, jardines infantiles y salas cunas, 102 sedes vecinales y comités de adelanto y desarrollo.
“Las personas tienden a botar basura donde ven que no hay cuidado, es por eso que nos interesa arborizar, poner juegos, crear plazas y otro tipo de infraestructura de buena calidad para uso público. Así no solo estaremos erradicando un microbasural, sino recuperando espacio perdido para nuestros vecinos”, cierra el alcalde
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