“Pero el problema es ése. Nunca habrá una cobertura total porque cada vez hay más y más personas viniéndose a vivir a estos lotes de 5 mil metros cuadrados, y lo que es peor, en muchas ocasiones nos hemos dado cuenta que estas solicitudes o estos arranques que ellos piden son para segundas viviendas, y nosotros como municipalidades no contamos con las herramientas legales para oponernos”, añade.
Pero por mucho que pidan, no siempre se puede. No sólo por un tema lógico como la sequía que afecta a la zona central del país, sino porque otros factores, como la cantidad en ascenso de personas que se han ido de la ciudad para instalarse en parcelas, las usurpaciones masivas de agua, la cantidad de cabañas y segundas viviendas que han proliferado en los últimos años, “significa que a veces no siempre hay esa cantidad de agua o más recursos para instalar otros arranques de Agua Potable Rural”, explica el director regional de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del MOP, Alfredo Ávila.
Pese a esto, bajo la tuición de la DOH existen en la Región 185 sistemas de Agua Potable Rural reconocidos por el MOP (sin contar los de menor tamaño ni los individuales), los que en la actualidad abastecen a cerca de 30 mil familias, “y eso representa a unas 120 mil personas, lo que es bastante si se considera que en Ñuble somos cerca de 490 mil personas”, explicó.
A lo anterior, hay que añadir a otras 8.365 familias que tienen acceso al agua potable mediante la distribución en camiones aljibe, servicio licitado por la Delegación Presidencial Regional y las Delegaciones Provinciales de manera trimestral, con lo que se entrega más de 120 millones de litros de agua cada trimestre.
Las comunas con mayor uso de este sistema son San Carlos, con 835 familias (2.705 personas); Yungay, con 802 familias (2.435 personas);Ninhue, con 801 familias (2.425 personas); y Chillán, con 592 familias (1.867 personas), lo que exigió pasar de un solo proveedor a once, en menos de tres años.
Triplicar los recursos
Para enfrentar el déficit hídrico que golpea a miles de hogares en la región se ha trabajado en desarrollar proyectos por más de 5 mil arranques de APR, y en la actualidad continúan en el proceso de diseño y construcción de nuevos arranques que se sumarán a los ya inaugurados.
Desde la DOH explican que “tenemos comunas como Ninhue y otras del secano costero en donde más del 50 por ciento de su población recibe agua en camiones aljibe. Estamos hablando de tres mil beneficiarios en una comuna de cinco mil habitantes”.
Aclaran que, además, se debe considerar un efecto creciente de APR que se secan, por lo que se deben rellenar con camiones, resultando que entonces, se pueden entregar 50 litros por persona disminuyendo lo que usan de costumbre los beneficiarios.
Respecto a los arranques, la DOH desde el segundo semestre 2018 a la fecha ha construido 2.734 arranques, pero aún quedan cerca de 1.481 por ejecutar en 2022 en 4 sectores: Cipreses Boyén, con 721 arranques; Liucura Bajo, en Quillón, con 550 arranques; San Miguel de Ablemo, en San Carlos, con 111 arranques; y Carmelitas Las Nieves, en Bulnes, con 99.
En tanto, se encuentran en etapa de ejecución, y por finalizar otros 672 arranques que corresponden al APR de Trehualemu, en El Carmen; La Cabaña-Santa Teresa-Tres Ranchos, en Yungay; la ampliación del APR Chorrillos en Coelemu; además del Sistema Sanitario Rural de Huechupín-Colliguay, en Chillán.
Pese a lo auspicioso que parezcan los números, el consejero regional, Javier Ávila, insiste en que “tenemos como factor adverso el que cada vez contamos con menos agua y más personas. Y ahora que hemos visto que muchas personas se han ido de la ciudad para buscar alguna parcela y se instalan en lugares donde es complejo tener agua potable o el otro caso, de los loteos brujos, que por tratarse de recintos particulares el Gobierno no puede llevarles una red”.
Aunque para el Consejo Regional la asignación de recursos para dotar de arranques de agua a sectores rurales, existen ciertos criterios de priorización, como por ejemplo, aquellos sectores con mayor densidad de hogares por sobre aquellas viviendas más aisladas.
Recién en diciembre del 2021, el gobernador Óscar Crisóstomo sostuvo que el Gobierno Regional se impuso como meta triplicar o cuadruplicar la inversión pública en materia de agua potable rural, financiando todos los proyectos de agua potable colectivo que estaban sin financiar por parte de la Subdere, con más de $1.000 millones.
Cada vez menos lluvias
El año 1959 vio nacer, en la localidad de Quinchamalí, a María Vergara González. De ahí hacia atrás le resultaría infructuoso dar con el año en que llegaron a establecerse sus primeros familiares a ese sector rural de la comuna de Chillán.
“La verdad es que siempre ha sido un lugar seco, al menos desde que yo tengo memoria. Pero nunca tanto como ahora, y antes traían el agua de las vertientes, y ésas llegaban limpiecitas. Antes toda la gente tenía sus pozos y con eso bastaba y sobraba, pero ahora ya están todos secos”, relató a LA DISCUSIÓN.
Sobre esos pozos, al describirlos dice que “bastaba con seis metros, y mi papi abría la tapa y veíamos que al agua daba vueltas y vueltas. Pero esos ya son otros años, ahora -como le digo- están secos”.Como varias familias del sector, están a la espera de que lleguen los arranques anunciados, por lo que todavía dependen de los camiones aljibe.
El camión los visita una vez por semana y -considerando que se trata de una familia de tres personas – les deja 1.050 litros por carga.
“Nos sirve harto lógicamente, pero no es suficiente, por eso nosotros tenemos que racionar bien el agua, porque a veces hay momentos en que ya no nos sale agua de la llave y dependemos de lo que nos dé el pozo. Por eso para nosotros es muy bueno que llueva, pero cada vez llueve menos, también”, se lamenta.
Nada de cultivos ni césped. Sólo algunos árboles y plantas son los lujos que se pueden dar los vecinos como la señora María.
“Nosotros tenemos la red Huechupín-Colliguay, pero todavía va por el otro lado (de la línea del tren que cruza Quinchamalí), pero acá se debe pedir permiso para cruzar la línea, porque no es llegar y pasar por lo que es del ferrocarril”, comenta.
Desde la DOH explican que el permiso ya está otorgado y que ya se está trabajando en habilitar la red en ese sector.
Nuevo equipo municipal
En lo que respecta a la capital regional, en la Municipalidad de Chillán se creó en la actual administración un equipo de cuatro profesionales para desarrollar y llevar a cabo los proyectos de APR y los radios operacionales, que operan en sectores como Las Mariposas o en la población Victoria de la comuna, y que también presentan escasez, pese a estar en suelo urbano.
“Nosotros esperamos tener por lo menos cuatro o cinco proyectos, entre radios operacionales y APR”, aseguró el alcalde, Camilo Benavente.
Sin embargo, y en la misma línea de lo que advertía el director de la DOH, Alfredo Ávila, el jefe comunal dice que no hay proyectos contemplados para quienes se asientan en los llamados “loteos brujos”, que son parcelaciones ilegales, de menos de 5 mil metros cuadrados en zonas rurales.
“Con ellos no podemos hacer casi nada, sólo podemos actuar cuando advertimos algún caso de emergencia, como por ejemplo, algún adulto mayor o personas imposibilitadas, ahí hacemos las gestiones para llevarles agua, pero no podemos hacer nada más”.
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