Considerando, además, que la capital de Ñuble no cuenta con una ordenanza que regule el funcionamiento de estos locales, es que un grupo de concejales encabezados por los ediles Joseph Careaga (presidente de la Comisión de Alcoholes) y Quenne Aitken (presidente de la Comisión de Seguridad), realizaron una mesa de trabajo en conjunto con el Senda Chillán y la Dirección Municipal de Seguridad para avanzar en fiscalizaciones que les permita regular al máximo la actividad, mientras se elabora la nueva ordenanza.
“La idea es avanzar en el proyecto de ordenanza que se hizo en administraciones anteriores, sin embargo, como toda ordenanza, tendrá como limitantes lo que está permitido o autorizado en la ley vigente”, comentó la concejal Aitken, añadiendo que dentro de las motivaciones que impulsaron estas reuniones la de mayor preponderancia es “esa serie de solicitudes que nos hacen de manera constante en las juntas de vecinos, para que revisemos lo de las patentes y fiscalicemos a los locales, específicamente, en cuanto a los horarios de funcionamiento”.
En consecuencia, esta nueva ordenanza sí podría establecer áreas específicos y de mayor resguardo, destacando aquellas que incluyen establecimientos educacionales, recintos deportivos o centros de salud, los que deberían tener una restricción mayor en cuanto a los horarios de cierre y funcionamiento.
No se seguirán otorgando
Desde que en la ciudad se adoptó el compromiso de bajar la cantidad de locales con patente para venta de alcohol, la premisa fue no otorgar nuevos permisos hasta estar en regla con la OMS.
“Y eso sigue vigente, ya no se seguirán entregando más permisos”, sostiene el concejal Joseph Careaga.
El edil añade que la otra estrategia consiste en “quitar los permisos vigentes a aquellos locatarios a quienes se les curse un tercer parte por cualquier tipo de incumplimiento. Sólo este año ya hemos quitado cuatro, pero no por partes, sino porque los dueños no renovaron sus permisos a tiempo, que es otra causal que estamos tomando para rescindirles las patentes”.
Caso aparte es la vente ilegal de alcohol, que en efecto se ha detectado, por ejemplo en algunos “food tracks”, las personas que ofrecen servicio de reparto a través de redes sociales o aquellos puntos de venta clandestinos.
“Este año, ya contamos tres incautaciones de bebidas alcohólicas en puntos de ventas clandestinos”, aseguró el titular del Segundo Juzgado de Policía Local de Chillán, juez Ignacio Marín.
Un total de 38 infracciones al rubro registra este juzgado, siendo la principal de las causales la venta en horarios no permitido, la presencia de personas en estado de ebriedad dentro del local. “También ha llegado mucha infracción por no tener a la vista una copia actualizada de la Ley de Alcoholes”, añadió el magistrado.
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