El simbólico proceso que llevan a cabo 14 inspectores municipales junto a dos patrullas de Carabineros, tiene como propósito comenzar un reordenamiento de los espacios públicos el que debe partir por despejar plazoletas, veredas, bandejones y calles que, aunque no cumplen con esta función, se tiende de manera consuetudinaria a usarla de estacionamiento.
Más que ser una mera advertencia, estos 3.600 partes que se mandaron a imprimir, lo que persigue es un objetivo que asoma ambicioso, si se entiende que con lo que se trata de lidiar es contra la fuerza de la costumbre, la eterna resistencia a los cambios y a una idiosincrasia como la chillaneja, no siempre dócil.
“Lo que aquí se persigue es poner de una vez por todas un orden completo en las calles, repensarlas y organizar las actividades que en ellas se realizan para hacer del centro de la ciudad un lugar mucho más amable, seguro y de nuestros barrios y villas, lugares en los que dé gusto vivir”, dice el alcalde Camilo Benavente.
La autoridad destaca que en tiempos de pandemia, sobre todo durante las cuarentenas y sus fases menos abiertas, “la ciudad, que ya estaba desordenada, sencillamente se empezó a convertir en un caos, con autos estacionados por todas partes, congestión vehicular, atochamiento de personas y mucho comercio ambulante ilegal, entonces es ahora cuando se requiere tomar la decisión de planificar este asunto, no con un espíritu punitivo, sino de mirada de futuro, de empezar a tener una ciudad como siempre la quisimos”, dijo.
Quien está a la cabeza de este trabajo es la abogada Pilar Gutiérrez, encargada de la Oficina Municipal de Seguridad (Omse), quien hizo una necesaria aclaración.
“Estos partes de cortesía, son para las personas que se están estacionando en lugares en que todo el mundo lo hace, aunque no se debe. Pero si encontramos a una persona obstaculizando una salida, arriba de una vereda o sobre una esquina-como hemos visto- lo que ahí se cursa es un parte real, no una advertencia”.
Una vez que se despejen las calles, lo que sigue es asignarles a esos espacios, como los bandejones de Sargento Aldea, por ejemplo, “un valor turístico, un espacio para los emprendedores, para hacer ciclovías y para hacer la ciudad más útil y cómoda”.
Sincerar los usos
El plan no es sólo un populista acto “antiauto”. Por el contrario, también se pretende habilitar o entregar espacios que no tienen una actividad específica per sé, para estacionamiento.
“Hay que sincerar la mirada, y conceder algunos espacios. Por ejemplo hay muchas calles con veredas de más de ocho metros de ancho, y que no se utilizan. Perfectamente pueden intervenirse y dejarlos como estacionamientos y darle una opción válida y segura a quienes deben usar sus autos, especialmente a fundaciones, hogares y otras instituciones públicas”, advierte la abogada.
Lo mismo se pretende realizar en las cercanías de los centros de salud y Cesfam de la ciudad, que evidencian una urgente necesidad de contar con lugares para dejar los autos.
¿Usted sabe quién soy yo?
No sólo la falta de espacios o el alto valor de los parquímetros son parte de los argumentos de quienes, a veces son multados.
Muchas veces los inspectores suelen recibir solapadas amenazas o airados reclamos de autoridades, funcionarios públicos o familiares de dirigentes, cuando se les multa por estacionarse, literalmente, donde se les da la gana.
“Este es un tema que, al menos en lo que a funcionarios municipales respecta, ya se está zanjando. Nosotros debemos ser los primeros en dar el ejemplo y no lo contrario. En adelante al que se le multe que pague la infracción”, advirtió el alcalde.
Sin ir más lejos, este año policías, gendarmes y hasta una excandidata a diputada se quejaron por ser multados, buscando mediante concejales amigos, carabineros conocidos o funcionarios municipales que les anularan el parte.
Algunos casos incluso menos dignos, acudieron a la prepotencia. A un inspector, la excandidata a diputada le dijo: “Parece que usted no sabe quién soy yo”.
En el municipio ya establecieron un simple protocolo al respecto. “Les pedí que los manden a conversar conmigo”, advirtió la encargada.
Los partes reales empiezan en marzo.
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