Silva, por otro lado, hace hincapié en que no se trata de una cuarentena propiamente tal.
“Las cuarentenas están pensadas en los periodos de incubación de las enfermedades y la verdad que con tres días no se logra determinar nada. En el fondo es para evitar exposiciones innecesarias y que se genere circulación en la comunidad”, agrega.
“Se trata de sistemas de control distintos que han aplicado las autoridades australianas, y que mirando las cifras, se podría decir que mantienen bajo control el avance de la pandemia”, sostiene.
“Ellos tuvieron dos peak de casos diarios, el primero fue en marzo del año pasado alrededor de 400 y luego llegaron a más de 600 casos diarios, con una población similar a Chile, entonces ahí ya puedes ver que son diferentes grados de control”, dice por su parte González.
“En Navidad y Año Nuevo estaban en emergencia porque tenían un rebrote y era un rebrote de 25 casos diarios. Entonces los estándares son muy distintos y lo que ellos apuntan es a cero contagios. Entonces cada vez que encuentran un brote, aplican fuerte trazabilidad, testeo, y algunas medidas”, añade.
“Esto es como hacer un cortafuego en un incendio, localizarlo, tenerlo bien aislado y poder seguir funcionando”, dice el docente de la U. Mayor.
En ese sentido, Ignacio Silva puntualiza en que en esa situación epidemiológica, es lo más recomendable de hacer.
“Si es que en Chile por ejemplo se hubiera hecho algo parecido con los primeros casos, probablemente no tendríamos la situación actual, pero es muy difícil de implementar”, sentencia.
En Chile, es imposible
Sin embargo, el experto de la Usach cree que en las condiciones actuales no es posible aplicar en Chile estas cuarentenas “exprés” por la gran cantidad de casos que existen y la magnitud de la circulación comunitaria.
“Nuestro sistema de trazabilidad es muy débil y en tres días no lograríamos lo que ellos pretenden hacer, que es identificar a los contactos y evitar nuevas exposiciones”, reconoce.
“Nosotros tenemos un retraso en la consulta, en la pesquisa, en la entrega de resultados, en la detección de contactos, tenemos una baja tasa de autoreporte de contactos estrecho y una baja tasa de búsqueda activa de contactos. Con el nivel de trazabilidad que tenemos en nuestro país y la cantidad de contagios y casos activos y circulación comunitaria del virus que existe, es imposible pensar en algo similar”, sostiene.
Un poco más optimista, González cree que podría ser replicable en Chile, pero siempre y cuando exista una cantidad de casos que lo permita. Por ahora, las cifras no lo hacen practicable.
“Hoy en Chile es imposible tener una trazabilidad, hoy día hubo 7 mil casos y si uno tiene que encontrar 10 contactos por caso, hay que localizar a 70 mil personas. Entonces eso es impracticable. Si Chile baja a menos de cien casos, posiblemente eso se puede replicar”, señala a BBCL.
Incluso, el académico de la U. Mayor propone realizar pruebas pero en ciudades pequeñas o comunas aisladas, apuntando a tener cero casos, lo que no ocurriría en urbes como la región Metropolitana.
“Cuando tienes ciudades con alta movilidad como Santiago, con todo funcionando, personas andando en el Metro, yendo a los malls, registrar diez o veinte contactos por caso no es factible con 50 mil casos a la semana. Tendrían que encontrar a 500 mil contactos y si a esos 500 mil les tienes que pedir cuarentena y darle además condiciones económicas para que puedan estar aislados, además resulta muy caro”, lamenta.
“Hoy día está muy difícil la situación, porque no es como hace un año atrás, ahora tomar medidas con una población empobrecida, arrastrando más de un año de encierro, es difícil, pero en principio con una cuarentena estricta en regiones, reduciendo la movilidad al máximo, en 4 a 6 semanas se recupera el control. Pero no es lo que estamos teniendo ahora con las cuarentenas, con las constructoras funcionando, el Metro funcionando muy lleno, no es el camino”, concluye González.
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